JUSTIFICACIÓN: muchos pacientes reciben su medicación a través de pastilleros u otros dispositivos preparados por sus familiares o cuidadores con el fin de cumplir con su tratamiento farmacológico. La manipulación y el reacondicionamiento de los medicamentos requieren de unas condiciones y unos conocimientos de los que no se dispone por los familiares y cuidadores en los domicilios al preparar los pastilleros.
OBJETIVOS: elaborar un argumentario para ofrecer el servicio de SPR basado en las ventajas de este respecto a un pastillero o similar preparado fuera de la farmacia.
MATERIAL Y MÉTODOS: estudio cualitativo de las opiniones y objeciones proporcionadas por los pacientes, familiares y cuidadores ante la oferta del servicio de preparación de SPR por el personal de una farmacia comunitaria. Desde enero de 2018 hasta junio de 2020.
RESULTADOS: se elaboró el siguiente argumentario: sólo sacamos de sus envases originales aquellos medicamentos que son estables química, física y microbiológicamente fuera de éste; salvo que se indique en el prospecto o exista confirmación del fabricante, no debe alterarse la integridad de la forma farmacéutica; utilizamos envases de un solo uso y de una permeabilidad controlada que garantiza la conservación de los medicamentos que se introducen en ellos; en nuestras instalaciones, garantizamos las condiciones higiénicas y de conservación que se requieren para manipular los medicamentos; revisamos todos los medicamentos que constituyen el tratamiento del paciente, si hay interacciones, duplicidades y contraindicaciones; disminución de los errores en la toma de la medicación; no se extravían medicamentos ni se hace acopio de ellos en los hogares que luego son desechados por caducidad o cambio de prescripción; son útiles en tratamientos puntuales, decrecientes y etapas de confusión en la vida de los pacientes o con posologías complejas.
CONCLUSIONES: el uso y la preparación de pastilleros en el domicilio del paciente banaliza la manipulación y utilización de los medicamentos, lo que puede provocar problemas de seguridad y eficacia de los medicamentos utilizados en ellos. Permite un mayor contacto paciente-farmacéutico favoreciendo la confianza y la comodidad para la resolución de posibles problemas de salud relacionados con el medicamento. El paciente que utiliza un SPR, o su cuidador, puede tener la total tranquilidad de que está tomando su tratamiento de manera correcta.