
PRESENTACIÓN: paciente con diagnóstico de cáncer de mama, hormono-dependiente, recurrente, con metástasis óseas, de 15 años de evolución. Ha recibido tratamiento(tto.) durante 3 años con letrozol 2.5 mg, trastuzumab y denosumab. En octubre de 2017 se sustituyó letrozol por fulvestrant 250 mg/5ml. Desde entonces la paciente ha presentado infecciones urinarias (ITUs) de repetición (frecuencia aproximada de 21 días). La ITU aparece recogida en ficha técnica como reacción adversa frecuente (>1/100 a <1/10) al tto. con fulvestrant. Desde el Servicio de Oncología se le prescribió un complemento alimenticio con fermentos lácticos (Lactobacillus paracasei, Lactobacillus plantarum, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus acidophilus) 300mg (50.000 millones UFC) y selenio 50 µg. Se le recomendó evitar la toma de antibióticos con el objetivo de repoblar la microbiota autóctona bacteriana y prevenir la recurrencia de la infección, así como posibles alteraciones en su esquema oncológico derivadas de la afectación de su sistema inmune. Durante la primera semana de tto. con el probiótico, la paciente continuó tratando la ITU con ciprofloxacino 500/12 h. En la segunda semana, recibió una nueva dosis de fulvestrant, tras la cual tuvo una nueva recurrencia de la ITU. La paciente continuó sin mejoría y necesitando distintos antibióticos para el tto. de la ITU recurrente (fofomicina 3 g dosis única vo, ciprofloxacino 500 mg/12 h (7 días) o cefuroxima 500 mg/12(7 días). Finalmente fue tratada con fosfomicina sobres 3g/72h vo, consiguiendo la erradicación de la infección.
INTERVENCIÓN: Desde la Farmacia comunitaria se realizó una intervención para asegurar la correcta administración del tto. y mejorar la adherencia al mismo. Se indicó que los probióticos debía tomarlos durante una semana y separando la toma de los alimentos para evitar su inactivación por el pH ácido del estómago. Asimismo, se le comentó la importancia de los probióticos en el mantenimiento del equilibrio de la microflora endógena y su papel de fortalecer el sistema inmune. A todo ello la paciente mostró un gran interés y por tanto una buena predisposición para llevar a cabo correctamente el tto.
RESULTADOS: a principios de febrero, durante un proceso gripal, la paciente comenzó de nuevo con la toma de los probióticos, manteniendo la misma pauta que en ocasiones anteriores. La semana siguiente recibió una nueva dosis de fulvestrant. Tras esta última dosis de fulvestrant la paciente no desarrolló un nuevo episodio de ITU y mostró una mejoría en los síntomas vaginales, refiriendo ausencia de “sensación de vaginitis” y presentando menos sequedad vaginal que anteriormente.
CONCLUSIONES: la toma de un nuevo ciclo de probióticos por la paciente una vez curada la ITU sugiere ser efectiva en el refuerzo del sistema inmunitario y/o la prevención de las infecciones urinarias. El papel del farmacéutico en la correcta administración y en la mejora de la adherencia al tto. es fundamental para garantizar la efectividad de la terapia.