JUSTIFICACIÓN: las benzodiacepinas (BZD) son psicofármacos indicados, principalmente, en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio, entre otras. Se consideran fármacos seguros para su utilización en cortos periodos de tiempo. Sin embargo, el uso prolongado y el deficiente conocimiento del usuario sobre sus riesgos impide asegurar su eficacia y seguridad.
OBJETIVOS: conocer y promover el conocimiento del usuario sobre las BZD que consume mediante Atención Farmacéutica. Detectar las necesidades del paciente y reforzar su empoderamiento proporcionando Información Personalizada del Medicamento (IPM) y educación sanitaria.
MÉTODO: la dimensión conocimiento ha sido estudiada en 127 pacientes entrevistados en una Farmacia Comunitaria de Santa Cruz de Tenerife desde agosto 2020-febrero 2021 mediante quince preguntas incluidas en el CRD del estudio prospectivo observacional, descriptivo y transversal con código: DAA-CLO-2020-01, clasificado por la AEMPS y aprobado por el CEIm del Hospital Universitario de Canarias y el del Servicio de Ordenación Farmacéutica del Servicio Canario de la salud.
RESULTADOS: los pacientes de estudio usan principalmente las BZD para trastornos del sueño (77,95 %), ansiedad (67,78 %), cuadro depresivo (36,22 %), trastornos del comportamiento (13,39 %), y como relajante muscular (11,02 %). El 46,46 % de los encuestados no ha leído el prospecto y el 66,86 % reconoce no conocer los efectos secundarios producidos por las BZD. A pesar de conocer que se puede ver afectada la conducción y uso de maquinaria, en 57,5 % de los pacientes conduce. Un 30,7 % de los usuarios de BZD sigue consumiendo bebidas alcohólicas a pesar de ser una precaución de uso. El uso de tratamientos previos a la toma de BZD, el 63,78 % afirma no haberlo recibido. Entre los que sí lo han recibido el más frecuente son las plantas medicinales (33,86 %), yoga (20,20 %), midfullness, meditación o similares (15,96 %) y finalmente los pacientes que han recurrido a la homeopatía suponen el 5,51 %.
CONCLUSIONES: se observa que los usuarios de BZD presentan cierto grado de desconocimiento en relación a las precauciones de uso y efectos secundarios de las BZD, lo que genera una necesidad y oportunidad de intervención desde la Farmacia ya que este déficit de conocimiento se correlaciona con posibles PRM y/o RNM. El farmacéutico juega un papel muy importante como agente de salud sobre el grado de conocimiento que el paciente tiene sobre el medicamento. Cualquier herramienta que permita la evaluación protocolizada del conocimiento del paciente sobre los medicamentos que usa permitirá optimizar y personalizar la atención farmacéutica en la farmacia comunitaria.