Cambios en el paciente hipertenso durante el confinamiento, por pandemia COVID-19, que podrían modificar su riesgo cardiovascular (RCV): hábitos durante el confinamiento (3/4)

JUSTIFICACIÓN: la HTA constituye un problema de salud pública y es la principal causa evitable de enfermedad cardiovascular (ECV) y de muerte por cualquier causa en el mundo y en Europa. Resulta fundamental el seguimiento del paciente para controlar los niveles de PA, motivar en la adopción de un estilo de vida saludable y tener un buen conocimiento de la enfermedad lo que repercute positivamente en el nivel de adherencia. La actual pandemia SARS-CoV-2, ha provocado importantes cambios en el sistema sanitario y como consecuencia los pacientes crónicos han sufrido retrasos en el control de sus patologías. Por ello, es necesario retomar el abordaje de todos aquellos pacientes cuya atención se ha visto disminuida durante el confinamiento.

OBJETIVO: determinar los cambios en los hábitos de estilos de vida saludable durante el confinamiento por COVID-19, en hipertensos tratados y que pudieran agravar su RCV.

MATERIAL Y MÉTODOS: para determinar la variación en los de hábitos de vida saludable durante el confinamiento, nos basamos en las recomendaciones de la guía ESH/ESC 2018. Se preguntó a los pacientes por la variación en el consumo de sal, latas de conserva, dulces o bebidas azucaradas, grasas, frutas y verduras, alcohol, variación en la práctica de ejercicio y consumo de tabaco y peso corporal.

RESULTADOS: fueron entrevistados 215 pacientes. El 47,0 % aumentó de peso. En todos los casos los encuestados contestaron mayoritariamente que habían mantenido sus hábitos de estilo de vida saludables “igual que antes”, excepto en el ejercicio donde disminuyó su práctica un 68,4 %. Sólo el 5,1 % reconoció haber aumentado el consumo de sal, el 12,6 % el consumo de latas, el 18,1 % los dulces, el 7,9 % las grasas y un 6,1 %disminuyó la cantidad de frutas y verduras. El 19,1 % de los encuestados era fumador y de ellos solo el 4,19 % fumó más que antes. Un 43,3 % tomaban alcohol y un 21,5 % aumentó su consumo.

CONCLUSIONES: el confinamiento no ha modificado sustancialmente los hábitos alimenticios de importancia en los factores de riesgo cardiovascular (RCV). Tampoco han incrementado el consumo de tabaco y alcohol en la mayoría de los consumidores. La restricción en la movilidad ha supuesto una importante disminución del ejercicio físico y el aumento de peso en la mitad de los pacientes, lo que repercute negativamente en el control de la PA y el RCV.