La atención farmacéutica y la farmacia asistencial en el medio rural durante la crisis de la COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha producido una crisis sanitaria mundial afectando a hospitales, centros sanitarios y farmacias comunitarias, especialmente en zonas rurales. Su papel ha sido fundamental, siendo la única entidad sanitaria existente de forma continua en las zonas rurales, aglutinando, en la mayoría de los casos, varios núcleos de población. Se describe a continuación la actividad de una farmacia rural en un pueblo de Soria. En zonas rurales la asistencia sanitaria se presta en centros de salud y consultorios, pero no siempre está disponible un médico y por ello resulta especialmente importante la atención farmacéutica (AF) en estas zonas rurales. Durante estos meses, la suspensión de las consultas médicas, solo presenciales para las urgencias, junto con las numerosas bajas sanitarias, dejó a las farmacias rurales como primer centro de referencia sanitario para la población rural. Esta población, fundamentalmente mayor y polimedicada, ha recibido una AF más activa y responsable, especialmente en la situación de emergencia por COVID-19. El farmacéutico rural ha controlado: la dispensación a los pacientes en la farmacia o en su domicilio; la administración de forma correcta; la comunicación al médico de casos de baja de medicación en la receta electrónica o la necesidad de prolongación, informándole de nuevos problemas de salud y acordando el tratamiento e inclusión en la receta electrónica; la comunicación con el médico para traspasar pacientes de receta en papel a receta electrónica, con toda su medicación y posología correcta, así como la información al paciente del nuevo formato y funcionamiento, intervención en los problemas asociados a la inactividad en los que es importante la AF y la farmacia asistencial. Además, desde la farmacia comunitaria también se ha contribuido para: -una detección temprana de posibles enfermos de coronavirus mediante encuestas a los pacientes sospechosos, -resolución de consultas de pacientes por problemas de salud compatibles con coronavirus. Especialmente importante ha sido la farmacia asistencial en las residencias de ancianos, asociadas a la farmacia comunitaria que sirve el depósito de medicamentos, prepara la medicación y realiza seguimiento farmacoterapéutico. Durante estos meses, las variaciones en los protocolos de actuación del tratamiento de la infección respiratoria por coronavirus y sobreinfección bacteriana en pacientes institucionalizados, ha necesitado de un seguimiento farmacoterapéutico más estrecho para tratar de evitar resultados negativos asociadas a la medicación (RNM) y problemas relacionados con la medicación (PRM).