OBJETIVO: analizar qué aspectos desconoce el paciente acerca de la medicación que le ha sido prescrita, y cómo este desconocimiento convierte al farmacéutico comunitario en el último profesional sanitario, dentro del entorno asistencial, capacitado para dar esa información.
MATERIAL Y MÉTODO: se empleó como herramienta una encuesta diseñada a tal efecto que recogía variables sociodemográficas del paciente, datos sobre la duración del tratamiento, el tipo de medicación, así como el conocimiento del paciente acerca de la misma, CPM (García Delgado y cols. 2008) del que se evalúan cuatro dimensiones: Proceso de uso, Objetivo terapéutico, Seguridad y Conservación. Se planteó un estudio observacional descriptivo transversal y con carácter prospectivo. La población de estudio estuvo compuesta por pacientes o cuidadores que acudieron a la farmacia con recetas prescritas por un profesional del Sistema Nacional de Salud. El tamaño de la muestra, con 450 usuarios, fue calculado para una precisión del 4 por ciento y un nivel de confianza del 95 por ciento.
RESULTADOS: un 81,1 por ciento de los encuestados eran pacientes y un 18,9 por ciento cuidadores. La edad media fue 54,21 años (SD: 16,86; Rango: 16-88), siendo el 66 por ciento mujeres. El 8,4 por ciento no tenía estudios y el 35,6 por ciento solamente habían alcanzado estudios primarios. Un 27,3 por ciento estaban polimedicados. Tras la evaluación del conocimiento por dimensiones, se observó que la más conocida era el Proceso de Uso (64,4 por ciento de los encuestados), seguido de la Conservación (48 por ciento) y el objetivo terapéutico (41,6 por ciento). Sin embargo, ninguno de los pacientes o cuidadores supo contestar correctamente al total de las cuestiones relativas a la Seguridad. Tanto el nivel de estudios del paciente como la lectura del prospecto, se asociaron significativamente al conocimiento de éste acerca de la medicación.
CONCLUSIONES: a nivel global, podemos concluir que 3 de cada 4 pacientes no presentan un conocimiento suficiente acerca del medicamento que le ha sido prescrito, siendo la dimensión de Seguridad la menos conocida. Sería deseable plantear una estrategia de "formación continua" para los farmacéuticos comunitarios específica en cuestiones relacionadas con la seguridad del medicamento, ya que son ellos los últimos profesionales sanitarios, dentro del entorno asistencial, que pueden subsanar el desconocimiento evidente que el paciente tiene acerca de esta dimensión.