DESCRIPCIÓN: mujer de 56 años, diagnosticada de osteoporosis, hipertensión arterial (HTA) y diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Presenta niveles de glucosa basal de 260 mg/dl y hemoglobina glicosilada 8,5 %. Acude a la farmacia a recoger su medicación para la DM2 prescrita por primera vez. Insulina glargina 300 U/ml (16 UI/noche), metformina 500 mg (1-0-1) y dulaglutida 1,5 mg (1 pluma/semana). Se le ofrece evaluar la adherencia, uso y seguridad del medicamento de seguimiento adicional (dulaglutida) durante un año.
ACTUACIÓN: se evalúan 3 aspectos relevantes del medicamento de seguimiento adicional: adherencia, conocimiento y seguridad. La adherencia se evalúa mediante el test de Morisky-Green-Levine, el conocimiento mediante el cuestionario de conocimiento de la medicación (CPM) y la seguridad mediante las sospechas de reacciones adversas detectadas por el propio paciente. Se corrigen las causas de falta de adherencia y conocimiento y se registran las notificaciones de las reacciones adversas.
RESULTADOS: la paciente es adherente, viajará a su país y tiene intención de no llevar la medicación para ocultar la DM2 a su familia. Se interviene con educación sanitaria (verbal y escrita); explicando qué es la DM2, las consecuencias de la falta de adherencia a la medicación, y la importancia de que su familia conozca la enfermedad ya que es un factor de riesgo para un familiar directo. La paciente decide continuar con el tratamiento. En la primera dispensación, referente al conocimiento y uso, se le explica la técnica de inyección y los efectos secundarios más comunes (diarrea, dolor abdominal e hipoglucemia). Tras la primera entrevista la paciente comenta que cursa con diarreas y dolor abdominal desde el inicio del tratamiento. Se notifica vía web a farmacovigilancia de los efectos secundarios referidos. En la revisión de su medicación se observa que tiene prescrita insulina glargina 300 U/ml y no tiene prescrito glucagón. Tal y como indica la ficha técnica de la dulaglutida, existe mayor riesgo de hipoglucemias en pacientes a los que se administra en combinación con insulina. Por lo que se realiza una comunicación al médico de atención primaria vía telefónica y este se lo prescribe.
CONCLUSIÓN: el farmacéutico comunitario es un agente clave tanto en la primera dispensación como en el seguimiento para la adherencia y conocimiento/uso del tratamiento al igual que en la seguridad del paciente. Con dicha actuación se consigue disminuir los problemas relacionados con la medicación y mejorar la calidad de vida del paciente.