Estatinas y coenzima Q10

INTRODUCCIÓN: paciente de 47 años acude a la farmacia a recoger atorvastatina 40 mg. Se queja de los profundos dolores de piernas. Tras explicarle los efectos adversos de las estatinas, le sugerimos la toma concomitante de su medicación habitual con coenzima Q10 (90 mg diarios); le citamos en un mes para ver la evolución. Al mes acude para felicitarnos ya que los dolores han disminuido tanto, que no le interfieren con las actividades diarias. Coenzima Q10 es un potente antioxidante que se sintetiza de forma endógena o mediante la dieta (carnes). Se encarga de aumentar la vitalidad y energía, además de favorecer la función de los músculos y el corazón. A partir de los 30 años desciende el nivel de coenzima Q10 en el organismo debido a factores como el envejecimiento, el estrés, el consumo de tabaco o medicamentos.

OBJETIVO: con este caso quisimos comprobar la efectividad de la administración de suplementos de CoQ10 para la prevención y mejora de los calambres producidos por las estatinas. Las estatinas inhiben la enzima HMGCoA-reductasa, bloquean el paso de HMGCoA y rompen la cadena de síntesis de colesterol, pero inhiben también la síntesis de CoQ10. El déficit de CoQ10 tiene como consecuencia una mayor producción de radicales libres, que pueden derivar en lesiones al músculo y provocar mialgias o miopatías. Miopatía/rabdomiólisis: se manifiesta como dolor, sensibilidad a la presión o debilidad muscular con valores de la creatinina cinasa (CK) superiores a 10 veces el límite superior normal (LSN). El riesgo de miopatía aumenta con niveles altos en plasma de actividad inhibidora de la HMG-CoA reductasa. Ya sea manteniendo el correcto funcionamiento de la cadena transportadora de electrones dentro de la mitocondria de cada célula del organismo en forma de ubiquinona o contrarrestando el efecto dañino del estrés oxidativo en forma de ubiquinol, se entiende que la coenzima Q10 es indispensable para la salud.