PRESENTACIÓN: mujer de 74 años que acude a su farmacia, donde se realiza cribado y seguimiento de desnutrición en pacientes mayores de 65 años (Estudio D'NUT), a retirar su medicación habitual. Durante la dispensación se le explica el servicio y accede a realizar la encuesta del test MNA (Mini Nutritional Assessment). Intervención: en la primera evaluación del estado nutricional la paciente presenta riesgo de malnutrición (Valor MNA 22,5) a pesar de tener un IMC de 32,7 kg/m2, por lo que se realiza un intervención por parte del farmacéutico donde se le da consejo nutricional y recomendaciones dietéticas, además de recomendarle la visita a su médico de familia, a un servicio de nutrición y ofrecerle el seguimiento de su estado nutri-cional a los tres meses. La paciente vuelve a los tres meses, tras acudir a su médico y seguir las recomendaciones dietéticas dadas por su farmacéutico. En esta ocasión el resultado de la evaluación es estado nutricional normal, debido al aumento de la frecuencia de las comidas y de la ingesta proteica (Valor MNA 24,5), siendo el valor del IMC de 34,7 kg/ m2. En esta entrevista se le ofrece acudir al servicio de nutrición de la farmacia para controlar su exceso de peso e igualmente se le cita al cabo de tres meses para controlar su estado nutricional.
RESULTADO: la paciente vuelve al cabo de seis meses (después de la primera intervención) y después de acudir al servicio de nutrición de la farmacia. Sigue con un estado nutricional normal, pero ha mejorado el resultado debido a su mejor estado anímico (Valor MNA 25,5), además de haber disminuido su IMC a 34,3 kg/m2. La paciente en la actualidad sigue acudiendo al servicio de nutrición de la farmacia y ha conseguido seguir perdiendo peso.
CONCLUSIONES: la intervención del farmacéutico en la detección de la desnutrición puede ser clave debido a su gran accesibilidad y formación. El trabajo multidisciplinar entre diferentes profesionales sanitarios es esencial para mejorar la calidad de vida de los pacientes.