PRESENTACIÓN: varón de 65 años, diagnosticado de hipertensión arterial, hipercolesterolemia e insuficiencia venosa.
TRATAMIENTO: amlodipino 10mg (1-0-0), amilorida 5mg/hidrocloro-tiazida 50mg (en días alternos 1-0-0), A.A.S. 100mg (0-0-1), atenolol 50mg (1-0-1), lovastatina 20mg (0-0-0,5) y diosmina 450/hesperidina 50 (0-1-1). El paciente acude a la farmacia para recoger su medicación habitual y se queja, desde hace un tiempo, de tener "piernas frías y calambres musculares". Le ofrezco seguimiento farmacoterapéutico. Revisando su tratamiento y analizando toda su medicación, compruebo que el amlodipino, entre sus reacciones adversas, puede producir "calambres musculares".
INTERVENCIÓN: viendo que puede existir una relación entre la toma del medicamento y el efecto adverso que la paciente viene notando, se le escribe una carta al médico explicándole esta situación y que sea él, el que finalmente valore la misma según su criterio.
RESULTADO: el médico retiró el tratamiento de amlodipino, y prescribió la toma de amilorida/hidroclorotiazida con una pauta de una diaria por la mañana, en lugar de en días alternos (que era como lo tomaba anteriormente). A su vez, el médico aconseja un seguimiento de la tensión arterial.
CONCLUSIÓN: se le realiza seguimiento de la tensión arterial en la farmacia comunitaria, y al cabo de dos semanas el paciente mejora su problema de salud y sus valores de tensión arterial no aumentan.