JUSTIFICACIÓN
La OMS incluyó en 2019 la resistencia a los antibióticos como una de las diez mayores amenazas sanitarias, promoviendo la realización de estrategias que frenen la tendencia actual.
La Comisión Europea recomienda a los pacientes que, una vez finalizado el tratamiento, no lo guarden ni compartan, sino que lo lleven al punto Sigre de su farmacia.
Un estudio realizado en España en el que se interrogaban a 1000 hogares españoles de forma aleatoria encontró que un 37% de ellos tenían uno o más envases antibióticos en ese momento. Otro estudio concluyó que el 34,7% de los pacientes reconocía que tenían antibióticos en su botiquín casero.
OBJETIVOS
Analizar las acciones llevadas a cabo por nuestros pacientes, con respecto al antibiótico que les ha sobrado, tras finalizar el tratamiento prescrito.
METODOLOGÍA
Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo referido a las dispensaciones de antibióticos realizadas desde la oficina de farmacia.
Se registraron todas las dispensaciones realizadas durante un mes en la farmacia.
Se creó un protocolo de dispensación, en el que primero se preguntaba al paciente que haría con el tratamiento excedente, después se explicaba la importancia de reciclarlo y los peligros de guardarlo y/o compartirlo.
Finalmente, a los 15 días, se comprobó mediante encuesta telefónica su actuación.
RESULTADOS
Se registraron 144 solicitudes de antibióticos durante los 30 días del estudio, 130 completaron el estudio con la segunda encuesta (90%).
En el momento de la dispensación, un 78% expuso que guardaría el tratamiento sobrante en casa, únicamente un 22% conocía la importancia del reciclaje.
A los 15 días, un 29% de los pacientes afirmaba que no les había sobrado tratamiento. Del 71% restante, un 91% almacenaba el excedente en casa y solamente un 9% lo había reciclado.
CONCLUSIONES
Guardar o compartir tratamientos antibióticos supone uno de los principales motivos del uso inadecuado de ellos, al escapar del control del sistema sanitario.
Adaptar el número de dosis de los medicamentos comercializados en función de los tratamientos recomendados en las guías terapéuticas, así como sistemas de dosificación personalizados realizados desde la oficina de farmacia, permitiría tomar el control del problema.
Consideramos importante también realizar campañas de concienciación sobre la importancia de reciclar los excedentes de los tratamientos antibióticos.