OBJETIVOS: potenciar la utilización de protocolos validados para la valoración y abordaje del insomnio referido por los pacientes. Valorar la gravedad del insomnio según protocolo.
METODOLOGÍA: población diana: mayores de 18 de años que refieren insomnio. Duración: 6 de marzo al 6 de abril. Método: 1. Información y difusión de la campaña en la a FC. 2. Información y difusión de la campaña en los centros de salud. 3. Captación de paciente, recogida datos: edad, sexo, embarazo, lactancia, hipertenso, consumo de alcohol, cafeína, tabaco, frecuencia y tiempo que toma medicamentos para insomnio y si pudiera ser el insomnio un efecto adverso de algún medicamento. Protocolo valoración: se realiza el test de ISI (mide gravedad del insomnio) y según la puntuación: 0-7, ausencia de insomnio. Información de medidas higiénico-dietéticas (MHS). 8-14, insomnio leve. Indicación farmacéutica y MHS. Se cita en 15 días para test ISI y valoración. 15-21, insomnio moderado. Test Pittsburg, que mide calidad del sueño. Según puntuación indicación farmacéutica y MHS y derivación al médico. Más de 21, insomnio grave: MHS; test Pittsburg y derivación al médico. 4. A los pacientes no derivados al médico se les cita en 15 días. Se les pasa el test de ISI de nuevo, si no mejora se deriva al médico. 5. A todos los pacientes se les informa vía oral y por escrito de las medidas higiénicas del sueño Los datos se registran en una web del COFA que facilita resolución de cuestionarios (https://www.cofalicante.com/rep/adc6/master/3511?d=1).
RESULTADOS: participaron 36 farmacéuticos. Se atendieron a 275 pacientes, 71% mujeres. Solo 4% de las consultas totales fueron valoradas como insomnio grave, siendo estas más frecuentes en las mujeres. De los pacientes que toman medicación para insomnio, un 16,4% han sido valorados con “ausencia” del mismo. De los que sufren insomnio moderado o leve más de la mitad son consumidores de alcohol, tabaco y cafeína.
CONCLUSIÓN: la mayoría de las consultas sobre problemas de sueño se pueden resolver desde la farmacia. Solo un 4% sufre realmente un insomnio grave, siendo este más frecuente en las mujeres. Por ello la labor en educación de las medidas higiénicas del sueño desde la farmacia y el abordaje protocolizado para realizar la mejor recomendación para el paciente es fundamental.